Es bueno, ahora que estamos en sequía, que analicemos la situación y su impacto sobre la economía. Es un ejercicio que nunca se hace en los servicios públicos y, raramente, en el sector privado: evaluar el coste del fallo.
Si se hiciese este ejercicio seguro que muchas cosas cambiarían de forma radical. Pero cuando se está de fiesta (sin sequía), nadie se acuerda que la fiesta se acaba y hay que estar preparado para esta situación.
Empecemos por un sector estratégico para todos: el turismo. A ver quién es el guapo que le dice al turista, cuando llega de la playa, que no se puede duchar o bañar en la piscina porque hay recortes en el suministro de agua. Solución: desaladoras y reutilización de las aguas residuales depuradas (inversiones que llevan sin realizarse en España desde hace más de diez años). Ojo, inversiones que compete a los ayuntamientos. Estos ayuntamientos que llevan congelando, e incluso bajando, anualmente sus tarifas.
Desde luego la solución no está, como se ha hecho en Cataluña, en multar a los ayuntamientos (diario El País 30/01/2024): “Los ayuntamientos que sobrepasen estos volúmenes se enfrentan a sanciones, como ya ha ocurrido con el turístico Begur o Palau-Saverdera (Girona), que ya han sido multados con 54.000 y 19.000 respectivamente. El Govern busca así presionar a las administraciones locales para que hagan un control más exhaustivo de los consumos entre los vecinos.”
¿Alguna vez se han preguntado para qué se baja la presión en la red de saneamiento en época de sequía? La respuesta es muy clara: para disminuir las pérdidas en la red de abastecimiento. No lo digo yo, lo dicen las asociaciones de operadores de agua, hace falta invertir en las redes de abastecimiento. Algunas de ellas tienen más de 50 años y son un auténtico colador.
Vayamos a la agricultura, otro sector estratégico. Primero hay que copiar a los mejores (Israel) para optimizar el consumo de agua, y luego hay que hacer una gestión desde la oferta, no desde la demanda. Para ello hay que hablar del diablo: trasvases y regeneración de aguas residuales.
Para algunos técnicos, entre los que me incluyo, el tema de luchar contra la sequía es bien sencillo para un país, como España, que está rodeada de mar en una gran parte:
- Todos los núcleos urbanos en zonas costeras con su desaladora.
- Todos los núcleos urbanos con sus Estaciones de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) diseñadas para tratar todo el espectro de aguas: fondo de embalses, con algas, con contaminantes emergentes, salinidad, etc.
- Todos los núcleos urbanos con pérdidas en sus redes de abastecimiento inferiores al 15 %. Esta es para dar utilidad a todos los fondos Next Generation que tan alegremente estamos gastando.
- Todos los núcleos urbanos con pérdidas en sus redes de saneamiento inferiores al 15 %. También para los fondos Next Generation.
- Todos los municipios con sus Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) polivalentes capaces de producir aguas sin nutrientes, en caso de vertido a zonas sensibles, o aguas regeneradas con nutrientes para su uso en agricultura
Claro que todo ello solo es posible si las tarifas del agua cubriesen todos los costes asociados, incluidos los de gestión de activos.
Pero de esto, nadie quiere hablar.
