Marruecos, a pesar de su política de presas lanzada en los años 50 del siglo pasado, está obligado a mejorar su estrategia para hacer frente a la escasez del agua, debido al crecimiento demográfico y económico del país, y también al cambio climático, que afecta de forma significativa sobre los recursos hídricos del reino. Ante esto, Marruecos ha lanzado el "Plan Nacional de abastecimiento de agua potable y de riego 2020-2027", en el que invertirá 11.000 millones de euros.
Las líneas de actuación del Plan Nacional consisten en reforzar la demanda de agua mediante la construcción de nuevas presas para alcanzar un total de 179 presas grandes para el año 2027. Actualmente existen 145 presas grandes construidas, 14 en construcción y 20 previstas para el 2027, con respecto a las presas pequeños 145 construidas y 20 en construcción. Y también mediante la construcción de nuevas plantas de tratamiento y de desalinización de agua del mar aprovechando el litoral mediterráneo y el litoral atlántico para el abastecimiento de agua potable y agua para el sector agrario, además de la depuración de las aguas residuales con el fin de proteger el medio ambiente acuático (cuenca hidrográfica, humedales, y napas freáticas) de los efectos negativos de los vertidos (domésticos, industriales y agrarios), y también la reutilización de las aguas residuales para regar los campos verdes y los campos de golf.
Sin olvidar la gestión de la demanda de agua mediante la mejora de los canales de distribución de agua potable en el medio urbano, y la ampliación de los sistemas de distribución de agua potable al medio rural.
Con respecto al sector agrario, que se considera el gran consumidor de este recurso hídrico, se reforzará la conversión masiva a la irrigación localizada. Finalmente, la sensibilización a la población y a los agricultores sobre los usos del agua para reducir la demanda y la preservación de los recursos hídricos.