La Consejería de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural ha promovido un estudio para cuantificar por primera vez el recurso pesquero del embalse del Ebro y, de esta forma, avanzar en el conocimiento del estado de las poblaciones piscícolas. "El objetivo es afinar su gestión y poner en valor la biomasa excedentaria, algo que nos va a permitir mejorar la calidad y del potencial ecológico de la masa de agua, tener bajo control a las especies alóctonas y, cómo no, también vamos a poder optimizar la pesca deportiva como vector turístico y generar nuevas rentas en Campoo", ha avanzado hoy la consejera Blanca Martínez.
Martínez, que ha inaugurado en Campoo de Yuso el proyecto de recuperación de valores etnográficos del molino harinero de Orzales, ha informado de que el estudio ha sido realizado por la Dirección General de Montes junto a la empresa Ecohydros, que han cuantificado la biomasa del pantano mediante técnicas de ecosondeo vertical y horizontal, así como se han ayudado de una serie de muestreos directos realizados por medio de la extensión de redes y pesca eléctrica desde embarcación.
Entre los principales resultados, la consejera ha detallado cómo se han encontrado seis especies: barbo de Graells (Barbus graellsii), gobio (Gobio lozanoi), madrilla o loina (Parachondrostoma miegii), trucha común (Salmo trutta fario), carpa común (Cyprinus carpio) y trucha arcoiris (Oncorhynchus mykiss). Las dos últimas son especies alóctonas.
Martínez ha detallado también que la asociación de peces está dominada en densidad por la madrilla, con un 66% de los individuos del embalse, mientras que en biomasa es la carpa la que mayor peso aporta al conjunto del pantano, con el 60%. Le siguen en importancia el barbo (22%) y la trucha (14%).
La densidad media de peces es de 0,23 individuos/decámetro cúbico, en tanto que la biomasade peces obtenida en el embalse es de 1,02 g/m2, o lo que es lo mismo, 10 kg/ha.
"Para entender la dinámica poblacional es muy posible que esta campaña requiera de un contrasteen el periodo estival tardío o en el otoño temprano, porque en ese momento no hay movimientos migratorios de reproducción y ya se tendrá un retorno del reclutamiento anual en el embalse", señaló Martínez, si bien precisó que "a pesar de ello, se ha estimado en este momento del año una dotación de carpa de 55 toneladas, que perfectamente podrían servir al propósito de un plan de descaste de carpa y de pesca de la trucha común. Con ello se contribuiría a una mejora de la calidad del agua del embalse y además se conseguiría tener una asociación equilibrada basada en la trucha común y madrilla, que podría sostener una pesquería deportiva de alto valor".
