Marruecos se encuentra en una encrucijada crítica en términos de gestión y uso sostenible del agua. La demanda de agua ha aumentado notablemente alentada por el crecimiento demográfico, la expansión de la agricultura y el comercio nacional e internacional. En cambio, los recursos hídricos disponibles han disminuido significativamente a causa de la prolongada sequía.
La adopción de estrategias eficientes y la implementación de políticas para la conservación del agua y la diversificación de las fuentes son esenciales para afrontar los desafíos actuales y futuros relacionados con el suministro de agua en el país.
Según los datos del Banco Mundial, el sector agrario, que supone el 14 % del PIB de Marruecos, es el mayor consumidor de agua y representa casi el 88 % de la demanda total. La reducción de la disponibilidad de agua y el descenso del rendimiento de los cultivos por la escasez de agua podrían reducir el PIB hasta un 6,5 %. Para combatir la situación, el Gobierno marroquí ha centrado sus esfuerzos en fomentar la transición a fuentes de agua alternativas, como el agua de mar desalinizada o la reutilización de aguas residuales tratadas.
En cuanto el agua de mar desalinizada, en la actualidad hay operativas once plantas desaladoras. De ellas, tres instalaciones están destinadas a la industria y las ocho restantes, a la obtención de agua potable. La estación de Agadir también se emplea para fines de riego. Actualmente hay en proceso de construcción un total de siete nuevas estaciones desaladoras. Según las proyecciones existentes, para 2030 la cantidad total de estas instalaciones se habrá incrementado en nueve, alcanzando así la cifra de veinte plantas desaladoras operativas ese año.
La presencia de empresas españolas del sector del agua en Marruecos es notoria: Abengoa, fundamental en la desaladora de Agadir; Cadagua en la planta de desalinización de Jorf Lasfar o Acciona y Aqualia, involucradas en diversas infraestructuras de tratamiento de aguas residuales (EDAR).
Según estimaciones, el volumen de inversión en el sector del agua se sitúa en 644 millones de euros anuales (7.000 MDH/año). Las oportunidades más relevantes se centran en el incremento de la capacidad de almacenamiento de agua, la modernización y optimización de las plantas de tratamiento de aguas, el aumento del caudal de agua y el desarrollo de la infraestructura de distribución, especialmente en las zonas rurales donde la red aún no es adecuada. Además, el mercado del agua en Marruecos también ofrece buenas perspectivas para empresas proveedoras de bombas, tuberías, accesorios y otros elementos relacionados. Estas oportunidades se adaptan a empresas de todos los tamaños, pues van desde grandes proyectos de inversión hasta proyectos más asequibles como suministro de materiales y bienes de equipo.
En la actualidad, uno de los principales proyectos es la construcción y operación de la desaladora de Casablanca, que tiene por objetivo producir y suministrar caudales fijos de agua potable y de riego al menor coste posible, que cumplan con los estándares nacionales de calidad.
En los grandes proyectos de inversión, en los que el nivel de participación de las empresas públicas es muy elevado, el Gobierno marroquí ha fomentado el desarrollo de proyectos bajo la modalidad BOT (Build, Operate & Transfer). Igualmente, se ha impulsado notoriamente el uso de contratos PPP que implican la creación de una SPV (Special Purpose Vehicle) por parte de la empresa adjudicataria con participación de la administración.
Existe una serie de programas activos relacionados con el sector, fomentados bien por el propio Gobierno de Marruecos o por organizaciones como el Banco Mundial para acelerar las inversiones en el sector del agua, para reforzar el abastecimiento de agua potable y el riego y garantizar la resiliencia del país frente a los peligros del cambio climático.
Conoce las oportunidades que ofrece el sector a las empresas españolas, consultando la ‘Ficha sector. El mercado del agua en Marruecos 2023’ en la web de ICEX.
